Elecciones, pandemia y crisis en Bolivia
Por MG
La actual
coyuntura en Bolivia está marcada por el Golpe de Estado de noviembre 2019, las
elecciones suspendidas del 3 de mayo 2020, la pandemia del coronavirus y una
inminente crisis económica. En este marco, el actual régimen dirigido por
Janine Añez ha articulado las medidas sanitarias por el COVID-19 que
supuestamente deben dirigirse a cuidar la salud de las y los bolivianos con
fines políticos al tiempo que busca disciplinar a los sectores rebeldes
mientras que los descalifica como criminales y subversivos peligrosos. Pero su
gestión ha desnudado una temprana práctica de corrupción e ineficiencia
permanentes que, de contar con algún apoyo entre los sectores conservadores, ha
caído abruptamente en la preferencia electoral.
Mientras
los sectores populares esperan los comicios nacionales para echar al régimen de
Añez, éste ha constatado, con el resto de la derecha criolla, frente a que han
sido las organizaciones y movimientos sociales las que han evitado la
proscripción del MAS, que sus cálculos electorales estaban equivocados y que el
MAS sin Evo, tras un Golpe de Estado, sigue liderando las encuestas de
preferencia electoral.
Nos podemos
imaginar el conjunto de dudas y opiniones que habrán tenido los del régimen
cuando pese a todo y a los esfuerzos por situar a Añez como candidata, las
encuestas no les favorecían como ellos esperaban.
En ello
llegan las primeras medidas de cuarentena que cortan de golpe el desarrollo del
proceso electoral que tenían que celebrar comicios nacionales el 3 de mayo, por
lo que la Asamblea Legislativa, este pasado abril, aprueba una Ley de
modificación de calendario que es inmediatamente observado por el gobierno de
facto, irónicamente como indica la Constitución. Pero los senadores y diputados
responden también de forma inmediata y tras un nuevo debate deciden, como dice
la Constitución, promulgar, a través de la Presidencia del Congreso, la Ley que
plantea 90 días como máximo para que el Órgano Electoral lleve adelante las
elecciones.
Pero el
régimen ha respondido que las elecciones deben postergarse por temas de salud
frente a la pandemia, lo que se contrasta con la imagen que han querido
posicionar sobre un trato eficiente del mismo que había dejado a Bolivia con muy
pocos casos. El régimen ha enviado sus observaciones al Tribunal Constitucional
que finalmente deberá pronunciarse, terminando de politizar la pandemia que en
horas ha empezado a subir en cifras oficiales.
Indiscutible,
el régimen busca ampliar su mandato con la esperanza de mejorar su imagen y sus
votos y, en el mejor de los casos, dar debajo la actual convocatoria a
elecciones nacionales para que se le permita reconstruir una correlación de
fuerzas en la derecha que se le vino abajo.
Entraremos
a un momento complejo en donde la demanda popular será por elecciones, mientras
el régimen buscará prorrogarse bajo la excusa de cuidar la salud, pero en el
fondo también lucharemos por recuperar una democracia popular contra una
liberal, es decir en reconstruir un horizonte revolucionario o seguir la senda
del desastre.
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