GOLPES DE ESTADO EN BOLIVIA | XX: Derrota de los neoliberales | por Froilán González y Adys Cupull
El mismo guion para todos los tiempos.
El 6 de agosto de 2001
Banzer presentó su renuncia y de acuerdo a la Constitución el vicepresidente
Jorge Tuto Quiroga, fue investido presidente hasta la conclusión de su mandato
en agosto de 2002, bajo su presidencia aceleró el plan de privatizar la económica.
El sociólogo Boris Ríos
expresó: “Tuto Quiroga va a buscar por todas las vías posibles, consolidar los
mercados norteamericanos en Bolivia, con una relación muy estrecha con ese
país. Inició negociaciones para la venta del gas boliviano por vía puerto
chileno hacia Estados Unidos, una de las demandas norteamericana. Aplicó varias
medidas, entre ellas, las promesas incumplidas de Banzer, por el costo social
que implicaban, como la erradicación de las plantaciones de coca con la
consigna Coca Cero, va a enfrentar y ajustar terriblemente la política contra
uno de los sectores que Estados Unidos había identificado como su enemigo.
“Entre sus medidas,
estuvo ilegalizar los mercados de venta de coca en Cochabamba, en el sector
Sacaba, y provocó una gran movilización, protestas y represión donde murieron
militares y cocaleros, como saldo trágico de la política que aplicó, pero acusó
al diputado Evo Morales de los enfrentamientos y propuso expulsarlo del
Congreso.
“Apoyado por la DEA y
la Embajada de Estados Unidos comenzó a conspirar, orquestó una campaña de
difamaciones y calumnias, compró votos de diputados, acusaciones falsas,
movilizando a la prensa al servicio de Estados Unidos y a la derecha, logrando
obtener los votos necesarios para expulsar a Evo Morales del Congreso Nacional.
Esto va a mellar su imagen, porque había seguido a rajatabla los lineamientos
de Estados Unidos y de la DEA y a la vez va a elevar de gran manera la figura
de Evo Morales.
“En la política
nacional es conocido como uno de los voceros de Estados Unidos y seguidor de la
línea de ese país y comprometido de vender los recursos naturales a precios
ínfimos, ridículos, donde Bolivia no se beneficiaba. Había un consorcio que
articulaba esas medidas y constantemente era denunciado por la prensa de
apretar al pueblo, diciéndole que la economía se va, si no hacemos esto o
aquello…”
“Tuto cada vez quería
llegar a niveles más profundos de alejar al Estado de cualquier manejo
económico del país y ese fue su programa, ligado y al servicio de los intereses
de Estados Unidos.
“Los neoliberales
tienen en este periodo dos líneas: una radical, la de Tuto Quiroga, de total
sometimiento, cero negociaciones, aceptar cualquier cosa, frente a otro grupo
que decía: por lo menos negociaremos, trataremos de sacar un mejor trato. No es
que se salieran del marco neoliberal, pero evidentemente representaban dos
visiones. Tuto Quiroga es la visión del total sometimiento.
“Ni siquiera Banzer se
atrevió a aplicar la política Coca Cero impuesta por Estados Unidos a través de
la DEA. Solo Tuto Quiroga, con un costo político terrible, porque despertó a
las organizaciones sociales y a los cocaleros como un sector antagónico a
Estados Unidos.
“La política en Bolivia
durante este período de neoliberalismo, va a relacionar los intereses
personales económicos, con esta propuesta de libre mercado. En medio de la
privatización de las empresas estatales, surgían las pequeñas formadas de
último momento para agarrar una tajadita…
“El 24 de enero del
2002 los parlamentarios de derecha impulsado por Tuto Quiroga propusieron
expulsar a Evo Morales del Parlamento, sin tomar en cuenta que había ganado con
más de 70 por ciento de los votos. Lo acusaron de narcotraficante, terrorista,
sedicioso, alentador de la violencia, el Bin Laden de Bolivia y a los cocaleros
y campesinos como talibanes.
“El debate duró más de
siete horas, pero no calcularon la reacción de la población, especialmente los
campesinos y las amenazas de bloqueos de caminos, carreteras y cerrar el
Parlamento.”
Evo Morales se presentó
como candidato presidencial y el embajador norteamericano Manuel Rocha declaró
que, si los bolivianos lo elegían, querían que Bolivia volviera a ser un
exportador de cocaína importante y declaró como en ese caso la ayuda de Estados
Unidos a Bolivia, estaría en riesgo. Esas declaraciones se ampliamente
divulgada por los racistas, derechistas, periodistas y comentaristas al
servicio de Estados Unidos, mientras, las fuerzas nacionalistas aumentaron el
repudio a la injerencia del Embajador y creció el apoyo a Evo Morales.
La campaña electoral
para el candidato presidencial Gonzalo Sánchez de Lozada, fue coordinado por
Carlos Sánchez Berzaín, subordinado a los intereses de Estados Unidos, quien en
1996 fue precandidato presidencial por el Movimiento Nacionalista Revolucionario,
Diputado en 1997, jefe de Bancada en el Congreso y de la Oposición y en 1999
Jefe Ejecutivo Nacional de ese partido.
El 30 de junio de 2002
se celebraron las elecciones, Gonzalo Sánchez de Lozada, candidato de Estados
Unidos quedó en primer lugar, pero sin los votos requeridos y a escasa
distancia, Evo Morales Ayma, del Movimiento al Socialismo (MAS) que por primera
vez se presentaba como candidato a la Presidencia.
Varios comentaristas
afirmaron que a Evo Morales le robaron las elecciones, pero como también había
aspirado a candidato a Diputado, ganó el escaño con el 81,3 % de los sufragios.
El MAS obtuvo 27 diputados y 8 senadores, convirtiéndose en la segunda fuerza
parlamentaria y la más votada en los departamentos La Paz, Oruro, Potosí y
Cochabamba. Evo Morales se convirtió en el máximo líder de la oposición.
Como ninguno de los dos
lograron la mayoría, la elección quedó aplazada y Gonzalo Sánchez de Lozada
logró un acuerdo con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) del ex
presidente Jaime Paz Zamora y otros partidos pequeños, tanto de posiciones
derechistas, anticomunistas y racistas. Todas esas fuerzas contra el indio Evo
Morales.
Gonzalo Sánchez de
Lozada tomó posesión como Presidente el 6 de agosto del 2002, en medio de una
crisis social y económica producto de las privatizaciones, nombró como Ministro
de la Presidencia al aliado y subordinado a la embajada norteamericana Carlos
Sánchez Berzaín, pero ante la agitación del país y la posibilidad de un
enfrentamiento de grandes proporciones y ante la inminente explosión social en
2003, lo designó Ministro de Defensa Nacional.
En febrero de ese año,
ante el monumental déficit fiscal y siguiendo las recomendaciones del FMI,
propuso aplicar un impuesto al salario de los trabajadores. La medida provocó
una huelga general y el acuartelamiento de la fuerza policial, la cual exigía
también un aumento. El conflicto derivó en un enfrentamiento entre Fuerzas
Armadas y Policía. El desgaste y la
pérdida de gobernabilidad se hacía cada vez más evidente.
En septiembre y octubre
ante la intención de exportar gas boliviano por puertos chilenos a la costa
oeste de Estados Unidos, al precio exigido por los norteamericanos, empezaron
las movilizaciones sociales.
La Autopista La Paz- El
Alto, principal vía de comunicación entre ambas ciudades fue bloqueada, también
se incomunicaron las entradas de otras ciudades, cargas de dinamita explotaron
en varios cerros, lanzando toneladas de piedras y tierras en las importantes
carreteras, entre ellas la de Oruro a Cochabamba, Potosí y Sucre, la de Santa
Cruz a Cochabamba. Las principales vías de comunicación con Chile, Perú,
Brasil, Argentina y Paraguay fueron tomadas por los manifestantes. Los accesos
a los campamentos mineros cerrados y el transporte público paralizado.
Comenzó el
desabastecimiento de alimentos e insumos básicos, especialmente el combustible.
La basura dejó de recogerse e inundaron las ciudades. El presidente autorizó a
las Fuerzas Armadas hacerse cargo del transporte público y la distribución del
combustible.
La profunda crisis
económica afectaba principalmente a los trabajadores urbanos y a la población
rural. Se denunció la ocurrencia de actos de corrupción, ventas clandestinas,
subida de precios, desvío de camiones suministradores del combustible para el
mercado negro, protestas, largas filas violentadas por los más poderosos,
enfrentamientos entre los consumidores con intervención y represión de la
policía.
Ante la paralización
del país, el presidente ordenó al Ministro de Defensa Carlos Sánchez Berzaín
reprimir a los bloqueadores, acusados de criminales, sediciosos, sanguinarios,
terroristas, bárbaros, bestias humanas, salvajes, asesinos, verdugos, bandidos,
que provocó un saldo de 64 muertos y 228 heridos.
Como respuesta a la
represión, se dinamitaron nuevos cerros con caída de grandes piedras en las
principales carreteras, dejando incomunicadas las ciudades de Oruro con Potosí
y Cochabamba y de esta con Santa Cruz, Episana, Sucre y Camiri.
En rutas secundarias
cortaron gigantescos árboles que impedían el tránsito, abrieron profundas
zanjas y bloquearon además de las rutas principales, los puentes y caminos
secundarios a Chile, Brasil, Paraguay, Perú y Argentina. Los campesinos,
mineros y los movimientos sociales, especialmente las mujeres se enfrentaron a
la represión, la repulsa al gobierno era generalizada y se produjo la
insurrección.
La Central Obrera
Boliviana y la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos
convocaron un paro general e indefinido y la huelga general. Los partidos que
apoyaban a Sánchez de Lozada y formaban parte de la coalición de gobierno,
renunciaban en masa y lo abandonaban. El 17 de octubre de 2003 el Presidente
renunció mediante carta al Congreso Nacional y se marchó junto a su familia
para Estados Unidos. Esa misma noche, el Congreso Nacional tomó el juramento de
rigor al vicepresidente Carlos Mesa.
El nuevo presidente de
Bolivia, Carlos Mesa, nació en La Paz en 1953 hijo de dos destacados
arquitectos y prestigiosos y reconocidos historiadores bolivianos. Sus primeros
estudios los realizó en La Paz, y los secundarios en Madrid. En 1970 ingresó a
las carreras de Ciencias Políticas y Letras de la Universidad Complutense de
Madrid.
En 1974 regresó a
Bolivia y se inscribió en la carrera de Literatura en la Universidad. Trabajó
como periodista en radio, prensa y televisión. Fue director de los canales
América Televisión de Bolivia, Tele sistema boliviano y ATB. Entre 1988 y 1990
integró el directorio de la Asociación de Periodistas de La Paz como Secretario
General. En 1990 creó, junto a sus colegas la productora de noticias
Periodistas Asociados Televisión. Impartió clases de Historia en la Universidad
Católica. Considerado entre los principales historiadores bolivianos.
En 1994 recibió en
periodismo el premio Rey de España y en 2012 el Premio Nacional de Periodismo
de Bolivia. Entre 1976 y 1985, realizó numerosos documentales de carácter
histórico, participó en la fundación de la Cinemateca Boliviana. Ha publicado
tres libros sobre la historia del cine boliviano. Es miembro de la Academia Boliviana de
Historia.
Poco después de su
investidura, Mesa se comprometió a convocar un referéndum sobre la cuestión de
la exportación del gas natural a Estados Unidos, México y Chile. Intentó poner
fin al conflicto y alcanzar la reconciliación nacional, pero la brutal
represión, muertos y heridos, el endeudamiento y la crisis política y social
produjo una profunda escisión en la sociedad y especialmente dentro del
Movimiento Nacionalista Revolucionario.
La reconocida
periodista Gisela López del periódico El Deber entrevistó a Mario Sanjinés
Uriarte, uno de los fundadores del Movimiento Nacionalista Revolucionario,
destacada personalidad del mundo intelectual y político, Ministro del Interior
en el primer gobierno del doctor Víctor Paz Estenssoro y embajador de Bolivia
en varios países.
Mario Sanjinés le
expresó, que Gonzalo Sánchez de Lozada era el responsable del deceso del MNR,
porque fue transformando las bases ideológicas hasta conducirlo al propio
cementerio. Cuando Gisela le preguntó: ¿Qué pasó con su partido en esta crisis
política y social?
Sanjinés respondió: “Un
cataclismo, porque no fue una caída electoral, ni pérdida de elecciones, sino
una sublevación popular que lo obligó a fugarse y algunos de los dirigentes y
ministros, entre ellos Carlos Sánchez Berzaín, tenían que ser expulsados, por
haber traicionado al Partido, masacrado a la población y huir del país. Los
otros ministros, viceministros y altas autoridades que tuvo el MNR, deben ser
marginados también.”
Añadió que los actuales
diputados y senadores ya no podrán candidatear más por el partido, porque deben
dar campo a nueva gente. A otra pregunta de Gisela: ¿Cómo se ha sentido usted,
fundador del MNR, al ver a su partido destruido?
“Imagínese la pena que
me da, yo sabía que iba a terminar así. En mi libro "Siempre",
expliqué todo sobre el neoliberalismo, el regalo de las reservas
hidrocarburíferas. La Constitución dice que no se puede enajenar ni vender,
pero Sánchez de Lozada las regaló, entregó los pozos nuevos de gas para que
paguen sólo el 18%... Eso pasó con Yacimientos, la venta de las dos refinerías
(Palmasola y Valle Hermoso) es escandaloso.”
Mario Sanjinés Uriarte,
uno de los históricos más prestigioso del Movimiento Nacionalista
Revolucionario catalogó a Gonzalo Sánchez de Lozada y a Carlos Sánchez Berzaín,
de traidores, de llevar hasta el cementerio los anhelos revolucionarios del 9
de abril de 1952, de masacrar a la población y regalar las riquezas del país al
imperialismo norteamericano.
En 2004, después de una
campaña para juzgar a González Sánchez de Lozada, Carlos Sánchez Berzaín y
otros ministros, concertada por las familias de las víctimas y grupos de
derechos humanos, lograron reunir más de 700.000 firmas y las dos terceras
partes del Congreso votaron a favor de un "juicio de
responsabilidades" y como culpables de la violencia y masacres.
Los miembros del
Movimiento Nacionalista Revolucionario se sumaron a las denuncias, la oficina
del Procurador General tomó declaraciones a doce ministros, también atribuyeron
la culpa a Gonzalo Sánchez de Lozada. El líder campesino Evo Morales estuvo
entre los principales testigos de esos crímenes y ofreció pruebas.
Los diputados del MAS
solicitaron un juicio de responsabilidades, contra el ex Ministro de Gobierno y
de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín, por abusos, asesinatos, represión,
violación de los derechos humanos, pero el ex Ministro junto al ex presidente
se habían fugado y tenían su residencia en Estados Unidos.
Continuará.
Por Froilán González y Adys Cupull
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