Contra la represión y el fascismo: el pueblo no se rinde
Tras casi un mes de movilizaciones, el Pacto de Unidad instruye el
levantamiento de los bloqueos de carreteras, luego de un conflicto en el que el
gobierno de Arce ha desplegado una campaña sin precedentes de desinformación y
criminalización de la protesta social, valiéndose de las redes sociales y de
medios de comunicación que ha subordinado a su línea oficialista.
Paralelamente, ha intensificado la represión policial, incluyendo incluso
autoatentados con el fin de justificar su brutalidad. A ello se suma la
incorporación ilegal de las Fuerzas Armadas, que en operativos conjuntos con la
policía han ejecutado acciones violentas que han dejado un número aún
indeterminado de muertos y heridos. No sería extraño que varias de estas
víctimas hayan sido resultado de acciones orquestadas con el objetivo de
incriminar a las y los movilizados.
Ha quedado claro que el gobierno de Arce no tiene reparos
en fascistizar la sociedad ni en alentar el resurgimiento de grupos
paramilitares que, amparados por el Estado, esgrimen discursos racistas,
clasistas y de odio. Todo esto, con el objetivo de eliminar a lo que ha
denominado como “evismo”, que no es otra cosa que cualquier voz crítica o de
protesta ante la grave crisis económica, el debilitamiento institucional y la
subordinación del poder judicial y del órgano electoral.
La crisis no se ha resuelto ni se resolverá mediante
violencia, desinformación o fascistización social. Por el contrario, se
profundiza. Por eso, es necesario continuar la lucha, para que los intereses
mezquinos no se impongan sobre el bien común.
La movilización ha sido innegable tanto por su magnitud
como por su composición: indígena, campesina, obrera y popular. Por ello, las
organizaciones y movimientos sociales, junto a sus bases, deben reorganizarse y
rearticularse para seguir la lucha, reafirmando el horizonte estratégico que va
más allá de una democracia formal, y que apunta a superar el capitalismo que
explota y oprime.
Convocamos a redoblar esfuerzos para esclarecer las
muertes producto de la represión, identificar y cuantificar a las y los heridos,
y exigir la liberación de todos los presos políticos. Demandamos también la
restitución plena de la institucionalidad del poder judicial. ¡Basta de guerra
judicial! Asimismo, exigimos que la salida a la crisis no recaiga sobre los
hombros de las y los trabajadores del campo y la ciudad. Se necesitan
soluciones inmediatas que protejan los recursos naturales para el pueblo y que
impliquen recortes a los privilegios de los grandes empresarios.
Por último, es urgente recuperar la democracia. Las
próximas elecciones nacionales no serán legítimas si excluyen al movimiento
indígena, campesino, obrero y popular y a sus candidaturas. No se puede
proscribir a nadie. Solo así se podrá construir un escenario válido para
resolver la crisis política, social y económica que atraviesa el país.
¡Viva el pueblo movilizado!
¡Abajo la represión y la violencia del Estado!
¡Solución a la crisis económica, ya!
Movimiento Guevarista
Bolivia,
16 de junio 2025
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