GOLPES DE ESTADO EN BOLIVIA | XIV: Poder y narcotráfico | por Froilán González y Adys Cupull
El mismo guion para todos los tiempos.
Luis Arce Gómez le
proporcionó al historiador Tomás Molina datos, actuaciones y valoración de
algunos de los participantes en el Golpe de estado de Luis García Meza.
Sobre el general Waldo
Bernal Pereira, jefe del estado mayor de la fuerza aérea, reveló que fue
Ministro de Educación durante el gobierno de Banzer y en el de García Meza,
nombró a su hermano Director Nacional de Aduanas y se dedicó a robar, en
extremo ambicioso y corrupto, se le acusó de destruir la riqueza nacional por
hurto y tráfico de minerales en una zona de reserva fiscal.
Varias fuentes
señalaron era agente de los servicios de inteligencia de España y contaba con
una red, que le vendían las informaciones, eso explica porque España nunca
entendió a Bolivia, ni América Latina y de metrópoli pasó a colonia de Estados
Unidos. Coordinaba esas acciones con ciudadanos del país ibérico radicados en
Bolivia y los vendía a los españoles y norteamericanos. Al caer el gobierno de
García Meza se fugó para España y compró una isla con avión y yate incluido.
También se mencionó al
general Alberto Doria Medina, comandante del Regimiento Tarapacá, responsable
de la masacre de Todos los Santos. Su máxima aspiración era ser Ministro de
Gobierno, para robar y enriquecerse. Estaba vinculado a la embajada norteamericana.
Manifestó que le trasladó a García Meza un mensaje de esa Embajada, donde decía
que reconocerían al gobierno si cesaba a Arce Gómez como Ministro de Gobierno
por narcotraficante.
En el libro “Con el
testamento bajo el brazo” el doctor Tomás Molina describió a Arce Gómez como
autoritario, impetuoso, feroz, de carácter explosivo, intolerante, no daba
explicaciones ni réplica, era peligroso contradecirlo. Mortal enfrentarlo.
Abogaba por la pena de muerte, y expresó:
“Arce Gómez se formó
militarmente dentro de la violencia y abusos totales, en una época de los
campos de concentración, del control político, policías sanguinarios que
pisotean los derechos humanos, del caudillismo, la tortura como política de
estado y la lucha por el poder.
“El cuartel era un
cubil de abusos y castigos espantosos al soldado indígena, ambiente corrompido
y elitista que formó a oficiales abusivos, violentos, racistas, ambiciosos e
intolerantes, rasgos que afloraron en todos los gobiernos militares que
arrasaron el país en el último medio siglo.
“A todo esto, se
agregaba el perfeccionamiento de tales conductas en la Escuela de las Américas
de Panamá, dependiente del Comando Sur de Estados Unidos, escuela de criminales
contra los pueblos de Latinoamérica.”
Ricardo Aneyba Torrico
relató: “Cuando fue derrocado el general Alfredo Ovando me mudé para Santa
Cruz, establecí un negocio de venta de helados y fui elegido presidente de esa
asociación. Me integré a una cooperativa de arte dirigida por el gran artista,
muralista y pintor Lorgio Vaca y nos reuníamos para conversar, cantar y ofrecer
recitales de música. Después inauguré una Peña con el nombre de una de mis
hijas, con decoración andina, traía grupos musicales de La Paz y Cochabamba,
entre ellos los Kjarkas, los Jairas, de canciones protestas de Argentina y el
suizo vestido de indio Gilbert Fabre.
“En esos años la
burguesía racista cruceña no aceptaba esa música y bailes, la consideraba del
kollaje, de indios, de poca cultura, de bajos fondos, de arrabales y
masticadores de coca, pero estudiantes y funcionarios comenzaron a aceptar las
danzas caporales, saya, morenada, tinku y canciones protestas.
“Se hizo famosa la
canción VIVA MI PATRIA BOLIVIA, asistían intelectuales, demócratas,
progresistas, de la izquierda y se convirtió en la mejor Peña de Santa Cruz, se
transmitía en vivo a través de radio Amboró, el éxito y la fama eran notable.
“Una noche se apareció
José Abraham Baptista, jefe de la policía política, agente de la CIA, de la
DEA, miembro del departamento de inteligencia de la Octava División, ligado con
los paramilitares y los narcotraficantes de Colombia y Estados Unidos. Estaba
acompañado por Erick Skibelesqui, Widen Razuk, prefecto de Santa Cruz, sus
respectivos guarda espaldas, choferes, ayudantes y el abogado Juan Carlos
Camacho, querían comprarme la Peña y apoderarse del lugar, para venderlo a un
colombiano. Me negué, sabía estaban ligados al narcotráfico y no quería
mezclarme en esos asuntos. Se marcharon sin pagar, ni propina dieron a los
empleados y amenazaron con volver.
“Pasado unos días
volvieron, los acompañaba de nuevo el abogado Juan Carlos Camacho y me
plantearon la comprar de la Peña. Traían los documentos listos para firmar sin
mi consentimiento. Nuevamente me negué. Me amenazaron con destruir o quemar el
local, pero no acepté el chantaje y esa misma noche con un camión militar de la
Octava División como si fuera un accidente de tránsito derrumbaron el frontis
de la Peña, causando graves destrozos y me llevaron preso.
“Durante la dictadura
de Banzer a los prisioneros los mataban, te apresaban y desaparecían. La
metodología era llevarte a una seccional, a otra seccional, para confundirlos,
y te desaparecían. Estaba el Plan Cóndor, y ahí cagamos todos. Lamentablemente
muchos de nuestros países no tienen memoria.
“En el Pentágono
aprendí, tener planes para determinadas circunstancias. A mí me enseñó la
inteligencia norteamericana, que uno tiene que buscar aliados. ¿Quiénes son los
aliados?: grupos y asociaciones, fui a Santa Cruz a ser heladero, y fui
heladero. Y mis asociados me salvaron de que me maten.
“Yo tenía un boliche y
la peña folclórica, y el alcalde y mis asociados venían a reclamar por qué
estaba preso. Le escribo a un amigo mío, dueño de un periódico, le digo que me
van a desaparecer y sacó en el periódico que estaba preso el presidente de la
Asociación de heladeros y eso me salvó.”
“Comprendí que lo
aconsejable era vender la peña y dedicarme a otros negocios. Después conocí por
la prensa que a José Abraham Baptista y Erick Skibelesqui los asesinaron en un
ajuste de cuentas por sicarios y dejaron su marca con ráfagas en cruz con
disparos al estilo europeo.
Sospechosamente al abogado Juan Carlos Camacho no le pasó nada y algunos
señalaron se debía a sus vínculos con la CIA, la DEA y la embajada de Estados Unidos.
“Arce Gómez tenía
grandes vínculos con José Abraham Baptista, desde cuando era funcionario de la
Dirección de Investigación Nacional en Oruro
y Cochabamba, ligado con los paramilitares y los narcotraficantes
norteamericanos y con el abogado Juan Carlos Camacho, del clan mafioso de esa
poderosa familia de Santa Cruz, conspiradora en todos los golpes de estado,
ligada a la embajada norteamericana, a narcotraficantes y contrabandistas y
ladrones de autos y movilidades vinculadas a las mafias de Brasil, para
venderlas a los militares bolivianos sin pagar impuestos.
“Cuando el Golpe de
Estado, Arce Gómez utilizó las ambulancias para trasladar a los paramilitares,
algunos vestidos de médicos, a quienes les pagaban extra. El abogado Camacho se
ocupó de esas contrataciones en Santa Cruz. Los hospitales se quedaron sin ese
servicio; ante el ruido de las sirenas y alarmas, los choferes de movilidades
(autos), trufis (especie de taxis), ómnibus de pasajeros y particulares,
pensando eran heridos o enfermos graves, cedían el paso, dejaban las vías
libres y podían llegar rápidamente a cualquier sitio.
“Algunos miembros del
grupo paramilitar “Los novios de la muerte”, trabajaban en protección y
seguridad de grandes narcotraficantes y los contratos y asesoramientos
jurídicos, los realizaba el abogado Juan Carlos Camacho, que formaba parte de
un grupo al servicio de la CIA, que contaba con mecanismos para denunciar a
cualquiera de cualquier cosa, utilizaban a periodistas pagados o chantajeados
para divulgarlas ampliamente
“Esa práctica la
utilizaban especialmente en época de elecciones, en Santa Cruz, Camacho y sus
socios formaron una tropa con esos fines, era un negocio, los interesados
pagaban muy bien, recuerdo denuncias a personas inocentes y falsamente acusadas
de cualquier cosa, latrocinio, genocidio, lesa humanidad, robo, estafa,
sedición, terrorismo, violación de muchachas adolescentes o niñas,
narcotraficante, inmoralidades, violadores del fisco, la constitución y las
leyes y hasta centraban supuestos testigos pagados o por chantajes
o amenazas declaraban.
“Alguien pagaba para
mancillar a una persona determinada, esa tropa la citaban y si ofrecía más
dinero se paralizaba la campaña, de lo contrario se lanzaban con furia de lobos
sedientos de sangre, eso lo aprendieron de los norteamericanos, lo aprendieron
de la CIA.”
Sobre Aneyba, Ramiro
Barrenechea explicó: “Yo conocí a Ricardo Aneyba cuando desde niños jugábamos
en el barrio, teníamos a nuestros héroes, jóvenes de un grupo deportivo, Santa
Fe y Aneyba era un caudillo, un mozo muy bien puesto, como un actor de cine,
valiente y sobre todo solidario. Provenía de una familia realmente heroica. Su
padre fue combatiente en la Guerra del Chaco donde perdió un brazo, luego se
hizo maestro y abandonó la esposa, los hijos y formó otro hogar.
“La madre se quedó con
sus cinco hijos, una vida difícil, los educó dentro de principios sólidos,
morales y estricta disciplina, el único sustento era una máquina de coser y
trabajaba hasta altas horas de la noche, con su tenaz esfuerzo logró una
bioquímica, dos ingenieros, un médico y un militar, Aneyba, la alcaldía la
seleccionó como la Mejor Madre de Cochabamba.
“Por eso es que yo
encuentro en Ricardo Aneyba una posición muy profunda de identidad con los
desposeídos, con los pobres, con los marginados, a los cuales les denomina
karachakis, que en quechua quiere decir con pie pelado porque él, como muchos,
caminaba con pie pelado, solo usaba zapatos para los días de fiesta o para los
desfiles. Entonces, ahí está arraigada su posición. Esa es una de las imágenes
que tengo de Ricardo.
“Cuando se fue a La Paz
para estudiar Técnico de Aviación Militar solamente lo veíamos en las
vacaciones, pero siempre compartía con nosotros. Seguía siendo nuestro héroe,
era muy popular entre las mujeres y siendo militar su imagen era todavía más
apuesta.
“Al revelar esos
secretos lo convierten en un enemigo capital de la CIA porque desenmascara una
serie de acciones que la CIA se ha encargado de encubrir a través de campañas
psicosociales de la guerra psicológica, su arma más contundente para mostrar
que las dictaduras en Bolivia no operaron por su cuenta. Cosa que nadie cree…”
Ricardo Aneyba continuó
su relato: “Tanto Arce Gómez como Luis García Meza designaban con frecuencia a
funcionarios corruptos, ladrones, acusados de violencia machista contra las
mujeres, violaciones y crímenes pasionales, ligados al narcotráfico, con antecedentes
penales y baja moral, los elegían por vínculos familiares, amistosos, a cambio
de favores o simplemente compra de los puestos de trabajo, incluyendo cargos
diplomáticos, que se vendían como mercancías. Ellos ubicaban a los hijos y
parientes de los generales en puestos claves y en misiones diplomáticas, aunque
carecieran de los más elementales conocimientos.
“También por otros
motivos, entre ellos los recomendados de las amantes, como sucedió cuando
García Meza designó al director de Educación en Santa Cruz. A esa persona la
conoció en una fiesta, estaba completamente borracho y no sabía quién era, ni
los antecedentes, ni la profesión. Arce Gómez filtró la información a la prensa
y generó grandes críticas y protestas entre el sector del magisterio y padres
de familias. El escándalo lo obligó a despedirlo.”
“Arce Gómez practicaba
el nepotismo, nombró a un familiar como representante del Ministerio del
Interior en Santa Cruz, esa persona viajaba a Colombia, donde se reunía con los
grandes narcotraficantes, entre ellos con Pablo Escobar, que lo ayudó
financieramente para el golpe de estado.
“Cuando la DEA conoció
de esos contactos lo informó a la CIA y esta lo consideró no confiable y lo
acusaron de estar vinculado a los servicios de inteligencia de España y la
ultra derecha de ese país, también con la mafia italiana, deslealtad no
dispuesta a tolerarle.
“Por la prensa conocí
la historia de otro de los paramilitares de apellido Monroy, le decían la
Mosca, era de los cívicos de Santa Cruz y amigo del abogado Juan Carlos
Camacho, racista, vulgar, cruel, desbocado, cero cerebros, solo era bueno para
la acción con la metralleta.
“Rompía
manifestaciones, bloqueos de caminos y carreteras, aplacaba las protestas
callejeras, las huelgas o reclamaciones de cualquier tipo, pagando a
desempleados, drogadictos, delincuentes, borrachos, ex presos comunes,
bandidos. Decía: “Se suspende esto o
los mato a todos”. Era el prototipo del matón de cantinas o cárceles mexicanas.
En una fiesta donde estaba completamente borracho, se mató jugando a la ruleta
rusa.
“Al prefecto de Santa
Cruz, Widen Razuk quien prestó su avión para trasladar el cadáver de Marcelo
Quiroga Santa Cruz y desparecerlo, íntimo amigo de Banzer y acusado de
narcotraficante y de engañar y desafiar a un capo colombiano, lo encerraron en
una jaula de hierro y lo colgaron de un árbol en una hacienda.
“Fue devuelto al patio
de su casa en Santa Cruz, lo dejaron sin piernas, brazos y lengua, como una
advertencia para los que se atrevían a desafiar a los narcotraficantes
colombianos. Todos comentaron que la DEA lo eliminó. Pero interrogado el
embajador norteamericano sobre ese crimen, respondió no se habían enterado ni
del secuestro.
“Luis Arce Gómez,
cuando fue comandante de los regimientos de Trinidad y Sucre, en su condición
de piloto, invitaba a sus amigas para almorzar o cenar en lugares de ciudades
de más de hora y media de vuelo.
“En su residencia los
fines de semanas celebraba fiestas desordenadas con amigos, jovencitas,
abundantes bebidas, comidas y algunos comentaban hasta droga. Una emisora
radial lo denunció de degenerado, pervertido y vicioso y darles mal uso a los
recursos del estado.
“Organizó un operativo
con patrulleros, gran visibilidad, ruido de sirenas, visitó a los propietarios
de la emisora y a los periodistas que formularon los comentarios, los amenazó
de muerte, de incendiar la emisora y sus viviendas, los acusó de difamadores,
calumniadores, violadores del fisco y de adolescentes, inventó vínculos con
ladrones, contrabandistas y narcotraficantes y de estar al servicio de la
oposición.
“Los amenazó y les
advirtió: “Desmienten esas calumnias o van a la cárcel y más nunca aparecen…”.
Al día siguiente los periodistas acusaron a dos señoras beatas como las
calumniadoras de las informaciones que afirmaron falsas sobre el honorable
señor Ministro de Gobierno.
“En su etapa de Ministro, desaparecieron los
archivos del Ministerio de Gobierno, vendía expedientes y documentos a personas
interesadas en limpiar los antecedentes penales o políticos o para chantajear a
enemigos, corruptos, estafadores, violadores de los impuestos o
narcotraficantes. También se robó el Diario del Che, de Pombo y otros
documentos para subastarlo en Londres.”
Al respeto Carlos Soria
Galvarro, reconocido escritor, periodista, investigador histórico, docente
universitario, trabajó en las radios mineras, en el Canal 7 de la televisión,
fundador del Canal Universitario, autor de varios libros, entre ellos “Barbie
Altman: “De la Gestapo a la CIA”, “El Che en Bolivia” en 5 tomos y “Los andares
del Che en Bolivia.”
“En relación con el
Diario del Che, se conoce la historia de la entrega de copias a Cuba, a
excepción de unas cuantas páginas que se entreveraron al hacer las copias, como
cuenta, Ricardo Aneyba, pero el documento original, los manuscritos originales
en sus dos componentes, la agenda alemana y el cuaderno anillado donde está la
primera parte del Diario, se guardaban muy celosamente en los archivos de la
Sección II (Inteligencia) de las Fuerzas Armadas.
“En 1983 se reveló que
el Diario del Che había desaparecido. En
principio se mantuvo reservada esa información, empezaron algunas indagaciones
y se conocieron detalles de la operación durante el Gobierno de Luis García
Meza, quien negoció con la casa rematadora de Londres, Galería Sothevy’s la
entrega de este material, a través de un intermediario. Cuando se anunció en la
prensa inglesa que Sothevy’s lo iba a rematar, juntamente con el diario de
Pombo, estaban juntos, la diplomacia boliviana logró primero parar el remate y
después de un juicio de varios años, el material fue devuelto a Bolivia.”
Ricardo Aneyba Torrico
continuó su testimonio: “Arce Gómez tenía aviones, para transportar drogas a
Colombia y carnes del Beni a La Paz, ligado con grandes ganaderos y
terratenientes del Beni y comerciantes en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz,
tenía organizado un cartel de narcotráfico con laboratorios, almacenes de
combustibles, pistas de aterrizajes, desde donde partían las avionetas con
drogas hacia Estados Unidos, con escalas en Colombia, Guayaquil, Panamá y México.
“Reprimía a los
narcotraficantes de la competencia, enviaba a sus paramilitares y sicarios a
tomarlos presos, los interrogaba, chantajeaba, le allanaba las residencias, los
multaba, se apoderaba del dinero, joyas, objetos de valor, drogas y obtenía
jugosos negocios.
“Los que hacían
resistencia los enviaba a prisión o asesinaba e informaba que murieron en un
enfrentamiento con la policía y algunas pacas de drogas las guardaba en las
bóvedas del Banco Central de Bolivia, con gran propaganda y conferencias de
prensa, en su aparente lucha contra el narcotráfico…”
Continuará.
Por Froilán González y Adys Cupull

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